Como una criatura enorme de piedra viviente, a Malphite le cuesta imponer el orden en un mundo caótico. Creado como sirviente de fragmentos de un obelisco sobrenatural conocido como el Monolito, usó su increíble fuerza elemental para mantener y proteger a su progenitor, pero acabó por fracasar en su labor. El único superviviente de la destrucción ahora padece a los blandengues de Runaterra y sus naturalezas fluidas, mientras se esfuerza en buscar un nuevo rol digno del último de los de su especie.
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