En la ciudad selvática de Ixaocan, Qiyana se dedica a planear sin clemencia alguna su ascenso al trono de los Yun Tal. Es la última en la línea de sucesión pero planta cara a todo aquel que se interpone en su camino con una confianza arrolladora y un dominio de la magia elemental sin precedentes. La tierra obedece sus órdenes, y Qiyana se considera la elementalista más poderosa de la historia de Ixaocan. Es por eso que, en su opinión, no solo merece la ciudad, sino todo el imperio.
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